En la céntrica esquina de Bernardo de Irigoyen y Roca, donde hoy se encuentra la zapatería Novíssimo, durante muchos años funcionó el acreditado almacén y bazar “La Marina”, de don Florentino Rubio.
Éste antiguo vecino de la ciudad, a la que llegó a poco de iniciarse el siglo, nació el 16 de octubre de 1884, en Fasgar, provincia de León, España, siendo hijo de don Manuel Rubio y doña Fermina Gutiérrez.
Contaba con poco más de veinte años cuando en 1906 llegó a Punta Alta. En un principio, relataba él mismo en una entrevista publicada en 1936, “[…]me inicié trabajando como asistente del capitán de fragata Félix Pronsato. Luego trabajé en el Hotel España, de Federico González, más tarde en el almacén de Gregorio Brieva y por último tuve cantina a bordo de los buques, hasta que en 1915 me establecí con comercio”.
En efecto, hacia 1915, luego de haber explotado la cantina del acorazado Pueyrredón y del Garibaldi, se instaló definitivamente en Punta Alta, abriendo “La Marina”, un negocio de almacén y bazar, donde así como en todas las actividades anteriores, se manifestó su espíritu emprendedor y progresista, llevando en poco tiempo a la nueva casa a figurar entre los primeros lugares de los comercios similares del pueblo. “La casa tiene un extenso surtido de artículos de los ramos que abarca, y la numerosa clientela que se acentúa, demuestra que se trata de un comercio vastante (sic) acreditado. El señor Rubio es único concesionario en esta localidad de los vinos embotellados de las famosas bodegas Tesoro, de Maipú (Mendoza) y que se denominan, Pinot, Blanco especial, Rhin, Morsela y Medoc”, se afirmaba en el Álbum de Punta Alta de 1919.
Dotado de relevantes condiciones comerciales, don Florentino Rubio en 1924 encargó la construcción de un imponente y amplio edificio en la mencionada esquina de Roca e Irigoyen, donde trasladó el negocio, ubicado inicialmente en un modesto local sobre ésta última arteria. La prensa de la época destacó este hecho como uno de los signos más patentes del progreso edilicio local. “En la parte baja que consiste en un local amplísimo con diversas dependencias, quedará instalada la casa de comercio del señor Rubio y el piso alto será destinado a departamentos para familia”, informaba “Nueva Época”. Con posterioridad, en el primer piso se instaló un consultorio odontológico y en los años 40 una Clínica de Enfermedades de los Ojos.
Siguiendo la práctica antigua de ayudar a sus colaboradores, don Florentino decidió incorporar a dos de ellos al negocio. Así, en sociedad con los señores Elías Rubio y Manuel Vega, ex empleados de la casa, el 1 de febrero de 1941 conformó la razón social Rubio y Cía.
Hombre entusiasta y comprometido con la comunidad, don Florentino Rubio ocupó cargos directivos en numerosas instituciones, como la Asociación Española de Socorros Mutuos, de la cual fue presidente en diversos períodos, el Orfeón Español, la Cooperativa Eléctrica y la Sociedad de Fomento Punta Alta, bajo cuya presidencia, en los años ’30, lideró la Comisión Pro Autonomía Comunal. De igual manera, ocupó la presidencia de la Confederación de Sociedades de Fomento del Partido de Bahía Blanca.
En 1950 don Florentino se retiró de la actividad comercial, cediendo su parte del negocio a dos sobrinos recién llegados de España, Manuel Gutiérrez Rubio y Placidia Rubio. De ésta manera La Marina pasó a ser regenteada por la nueva firma Gutiérrez Rubio y Cía. En 1970 el socio Manuel Vega se jubiló y Placidia Rubio vendió su parte para establecer, junto con su esposo Armando, un comercio en forma independiente. Finalmente, en 1974 Manuel Gutiérrez Rubio y Elías Rubio disolvieron la sociedad y aquel viejo almacén cerró sus puertas definitivamente.
Fuentes
-Álbum de Punta Alta”; Talleres Gráficos Nueva Época; Punta Alta; 1919.
-“Nueva Época”; 28 de junio de 1924.
-Clar, Heredero y otro; “Los españoles en el centenario de Bahía Blanca”
–Asociación Española de S. M. de Punta Alta. Sus Orígenes.
-“El Regional”; 19 de febrero de 1933.
-Revista “Punta Alta”; Año III; N° 39.
-“La Nueva Comuna”; 9 de diciembre de 1941.