- Capitán de navío Félix Dufourq
- Ingeniero Luigi Luiggi
- Coronel de Marina Leonardo Rosales
- Ingeniero Abel Julien Pagnard
Capitán de navío Félix Dufourq
Santiago Félix Dufourq nació en Concordia, Entre Ríos, el 25 de julio de 1860. Era hijo de Félix Dufourq D’Hiriart, francés, y la española Sara Panelo. En 1868 se trasladó a la ciudad de Buenos Aires e ingresó, con 17 años, a la Armada Nacional, egresando en 1881 con el grado de alférez de fragata.
En su carrera profesional se destacó con su participación en la Comisión de Faros y Balizas que, a bordo de la cañonera Bermejo, relevó las costas y canales de la bahía Blanca, como así también por la realización de una serie de viajes por el Viejo Mundo en donde adquirió importantes conocimientos técnicos y científicos en su visita a varias fábricas metalúrgicas y puertos militares en Alemania, Inglaterra, Italia, Rumania y Turquía. Pero por sobre todo, aquello que lo inmortalizaría en la historia fue su original y avanzada tesis sobre la localización meridional del nuevo Puerto Militar, marcando un quiebre entre la vieja y la nueva generación de marinos, en franco rechazo hacia el tradicional centralismo porteño.
Este marino argentino puede ser considerado, para la historia local, como el creador y verdadero impulsor de la construcción del Puerto Militar, el primero del país, a la vez que defensor y sostenedor de su ubicación geográfica sobre las costas de la bahía Blanca, más puntualmente en cercanías de la Punta Alta.
En este sentido, debido al peligro inminente de un conflicto armado, a fines del siglo XIX, entre nuestro país y Chile a causa de cuestiones limítrofes, surgió y tomó progresiva fuerza en las esferas gubernamentales y militares argentinas la idea de equipar y modernizar la flota de guerra como también dotarla de nuevas infraestructuras, con la construcción de un gran dique de carena (para limpieza y reparación de las naves) o bien de un puerto de aguas profundas. En mayo de 1895 se asignaron los fondos necesarios para iniciar la construcción de éste último y se designó la zona aledaña al puerto de La Plata como el lugar de emplazamiento.
No obstante, el alejamiento del coronel E. Balza del Ministerio de Guerra y Marina y su remplazo por el ingeniero G. Villanueva instaló un fuerte debate en torno a la conveniencia del sitio ya elegido. Por entonces, el Centro Naval había premiado en su certamen anual al teniente de navío Félix Dufourq por su genial trabajo en el cual, tras un meticuloso análisis, expuso la tesis de que el puerto debía situarse en la bahía Blanca, más precisamente en el tradicional fondeadero llamado otrora Pozos del Belgrano. En este sentido, Dufourq desestimaba los puertos de La Plata o Puerto Madero con argumentos de origen técnico y estratégico, planteando que, de ubicarse el puerto militar cerca de alguna de las grandes ciudades, éstas quedaríaan expuestas en caso de desatarse la guerra.
En contrapartida, la bahía Blanca presentaba las características geográficas, técnicas y geopolíticas más convenientes tanto para la instalación del puerto como también para el desarrollo de poblaciones nuevas, como efectivamente ocurrió con la ciudad de Punta Alta.
Finalmente, en 1896 se fijaría definitivamente el lugar de asentamiento del puerto, a partir de los informes presentados por el ingeniero Luigi Luiggi, director de las obras, que no hizo otra cosa que reafirmar lo sostenido hasta el cansancio por Félix Dufourq. Es por todo esto que sin duda le cabe a Dufourq el título de creador de la actual Base Naval de Puerto Belgrano.
Falleció el 19 de mayo de 1909, a los 49 años de edad. Tenía ya el grado de capitán de navío y se encontraba en la plenitud de su carrera profesional.
Ingeniero Luigi Luiggi
Antonio Luigi Ettore Luiggi, nació en Génova, el 3 de agosto de 1856, hijo de Settimio Luiggi, dueño de una importante empresa papelera, y, Paola Rossi quien falleció cuando Luigi era todavía un niño. Su abuela, Francesca Bruzza continuó con su educación y la de sus dos hermanos.
En 1878, y con apenas 22 años de edad, egresó del Real Colegio de Ingeniería Civil de Torino y se incorporó poco después al Real Cuerpo de Ingenieros Italianos, en donde fue destinado a Inglaterra para realizar el estudio de puertos y faros. Allí fue donde conoció a la que sería su esposa, Annie East, de Lincoln, con quien se casó y tuvo dos hijos: Luisa y Mario Luigi.
Antes de ser contratado por el gobierno argentino para la construcción del Puerto Militar, Luiggi había remodelado los puertos de Alejandría, Génova, Palermo, Messina, Tobruk, Ostia y Massawa; entre otros, y había logrado instalar en la isla de Tino el primer faro operado eléctricamente. También había dirigido la instalación de los ferries en el estrecho de Messina y había estudiado y ampliado los muelles de Liona y Spezia.
Desde 1896-1905 fue contratado por el gobierno argentino a fin de proyectar y dirigir las obras del Puerto Militar.
En la Argentina también estuvo a cargo, en 1901, de la preparación de un proyecto completo de faros y farolas destinados a la iluminación de las costas argentinas y actuó en calidad de ingeniero consultor en las obras de los puertos de Buenos Aires, Mar del Plata, Rosario; Santa Fe, Montevideo (Uruguay) y Río Grande do Sul (Brasil), además de elevar informes relacionados con obras hidráulicas en la región pampeana.
Cinco años después de concluir sus trabajos en el Puerto Militar y con motivo de los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo, Luiggi regresó a nuestro país y aprovechó la estadía para visitar a Punta Alta. En 1928, con motivo del Centenario de la fundación de Bahía Blanca, retornó a la zona, visitando Punta Alta.
En 1912, con motivo de la guerra entre Italia y el Imperio Otomano, realizó una serie de fortificaciones en la colonia italiana de Libia, tomando de su experiencia en Punta alta, la forestación como medio idóneo para fijar médanos y hacer habitable esa parte desértica de África.
Volcado a la política, en 1921 fue electo diputado del Reino de Italia, por el grupo nacionalista. En 1924 fue nombrado senador del Reino de Italia por el Partido Nacional Fascista, cargo que ocupó hasta su muerte.
Participó en infinidad de conferencias y congresos internacionales, además de publicar varios trabajos de investigación sobre diversos temas de índole técnica. Fue miembro honorario de las Sociedades de Ingenieros de Nueva York y Buenos Aires.
Sufrió una trombosis cerebral que le provocó la muerte el 1º de febrero de 1931
Coronel de Marina Leonardo Rosales
Leonardo Rosales, nació en la ciudad de Buenos Aires el 5 de noviembre de 1792, siendo el undécimo de los quince hijos del matrimonio conformado por don Manuel Antonio Rosales, español, y doña María del Tránsito Catalán, porteña.
Estudió en el Real Colegio de San Carlos y tempranamente se inició en las actividades de su padre, que era comerciante tercerista, adquiriendo las primeras experiencias en la navegación, en este caso, de cabotaje.
En 1814, y con 22 años de edad, Rosales se alistó en la primera escuadra naval argentina, formada por el almirante Guillermo Brown con el objetivo de hacer frente a las pretensiones realistas españolas y en la batalla de Arroyo de la China tuvo su bautismo de fuego, a bordo de la sumaca Santísima Trinidad.
Una vez obtenida la independencia, su gran admiración por Bernardino Rivadavia lo volcó a las filas unitarias. Con grado ya de teniente, en 1818 fue designado comandante de la cañonera Nº 7, con la que se enfrentó a las fuerzas del caudillo entrerriano Francisco Ramírez en varias batallas, logrando ser reconocido como “el hombre más valiente de la marina nacional”, gracias a su destacada y heroica actuación durante el abordaje de su nave por parte de otras tres similares del bando contrario, en donde el propio Rosales debió luchar cuerpo a cuerpo y con arma blanca, logrando dar muerte al comandante enemigo.
Al iniciarse la guerra contra el Imperio del Brasil, le fue asignado a Rosales el comando de la cañonera Nº 6, con la que intervino en el primer combate contra la escuadra brasileña, en febrero de 1826.
El almirante Brown, viendo las condiciones de Rosales, luego le asignó el comando de la goleta Río de la Plata, navío con el que tuvo destacada actuación, principalmente en los combates de Los Pozos (11 de junio de 1826) y Quilmes (30 de julio de 1826). Finalizada la guerra contra el Brasil se produjo la revolución unitaria encabezada por el General Lavalle, quien derrocó y mandó a ejecutar al gobernador de Buenos Aires, Manuel Dorrego, de tendencia federal. Rosales se manifestó partidario de Lavalle y fue designado comandante de la Escuadrilla de Auxilio en la campaña contra las fuerzas federales, ascendiendo al grado de Coronel a principios de 1829.
Al instalarse Juan Manuel de Rosas en el poder, Rosales emigró, como tantos otros, al Uruguay, realizando para ello un acto que refleja cabalmente su temperamento, pues se apoderó al abordaje de la goleta Sarandí y a su bordo emprendió el viaje al otro margen del Río de la Plata.
Por éste hecho, y también por su clara postura a favor de la causa unitaria, fue privado de su grado y borrado de la lista militar. Carente de recursos, se instaló junto a su esposa Dolores de Arrascaeta en un pequeño pueblo llamado Las Vacas, actual ciudad de Carmelo, al frente de una pulpería.
Finalmente, afectado de un cáncer de laringe, falleció el 20 de mayo de 1836, expresando como última voluntad que sus restos descansen en su país.
Recién en 1996 pudo concretarse la repatriación de los restos, siendo embarcados, en el puerto de Montevideo, a bordo de la corbeta ARA Rosales, para arribar a Buenos Aires al día siguiente, 2 de octubre.
Por fin, el 5 de noviembre, en conmemoración de los 204 años de su nacimiento, los restos de Leonardo Rosales llegaron a la dársena de Puerto Belgrano. Colocados en una cureña, fueron conducidos en procesión por las calles de la Base Naval y Punta Alta hasta el mausoleo, ubicado en la Parroquia María Auxiliadora, donde descansan en la actualidad.
¿Por qué el partido lleva su nombre? Al formarse entre los vecinos más destacados de Punta Alta la última Comisión Pro Autonomía Comunal, en agosto de 1944, con el objetivo de emanciparse de la tutela de Bahía Blanca y constituir un nuevo partido, uno de sus miembros, el profesor y escritor Carlos Vázquez, propuso que el nombre del partido a crearse sea el de “Coronel de Marina Leonardo Rosales”. Era un homenaje a la Base Naval de Puerto Belgrano, tan unida a nuestros orígenes y nuestro presente mismo, y por consiguiente a la Armada Nacional. La moción fue aprobada por unanimidad.
Ingeniero Abel Julien Pagnard
Abel Julien Pagnard nació en Changé, departamento de Mayenne, 3 de julio de 1859. Se recibió de Ingeniero civil en la École Centrale des Arts et Manufactures de París en 1885. En 1887 entró a trabajar para la Maison Hersent, a la cual consagró dieciocho años de su vida. Además de lazos profesionales, lo unió con la familia Hersent una amistad que los años consolidaron. En lo que respecta a su carrera profesional, siempre ligado a la constructora francesa, de 1887 a 1891 fue Jefe de Servicios en la construcción del puerto de Lisboa; de 1891 a 1897, director de obras en el puerto de Burdeos; de 1897 a 1902, Director General de los trabajos en el puerto de Amberes. En 1902 llegó a la Argentina para representar a la empresa en la firma del contrato de construcción del puerto de Rosario, de las que fue hasta 1905 Director General de obras. Además, Pagnard creó novedosos mecanismos para facilitar la construcción de puertos, todos ellos patentados en Francia. Así, inventó un procedimiento para reflotar barcos mediante aire comprimido (empleado en Burdeos en 1896); una válvula de cierre con desmonte automático y cabrestante diferencial para trabajos con aire comprimido (usado en las obras del puerto de Amberes); y un carro automático para el transporte de materiales (que fue utilizado en Burdeos y luego en Rosario y en Arroyo Pareja). En 1906 abandonó la empresa por debió a motivos personales, decidiendo trabajar de modo particular, en calidad de perito ingeniero. Fue en esa época que el gobierno argentino contrató sus servicios para el estudio y redacción de los proyectos de ampliación del puerto de Buenos Aires y de un canal entre éste y La Plata.
Por la ley N° 5574 del 15 de septiembre de 1908, el ingeniero Pagnard obtuvo la concesión para la construcción de un puerto comercial en la desembocadura del Arroyo Pareja, en Puerto Belgrano (Punta Alta), y con una profundidad de treinta pies en mareas bajas. La concesión para su explotación duraría sesenta años.
A partir de 1908 se vinculó con la importante Regie Générale de Chemins de Fer et Travaux Publics, empresa con sede en París y poseedora de vasta experiencia en el ramo, constructora de ferrocarriles en China y puertos en Turquía. En esa compañía entró en calidad de ingeniero consultor. El 24 de agosto de 1909, Pagnard terminó por firmar un acuerdo con la Regie mediante el cual le cedía los derechos de concesión como única propietaria. Dicho documento daba al ingeniero francés una participación en los beneficios, además de confirmarlo como ingeniero consultor, encargado de la construcción portuaria y accionista de la sociedad a conformarse. En París, el 23 de enero de 1912 quedó constituida la Compañía del Puerto Comercial de Bahía Blanca, filial de la Regie. Conforme a lo estipulado, Pagnard ejerció oficialmente, de ahí en más, su puesto de ingeniero consultor. El 14 de junio de 1912 se iniciaron las obras en Arroyo Pareja, en el sector que ya por entonces se conocía como Puerto Pagnard.
Falleció el 16 de noviembre de 1913 a raíz de una breve e inesperada afección cardíaca.