Ceferino era hijo del último gran jefe de la dinastía de los Curá, Manuel Namuncurá y de la araucana Rosario Burgos. Nacido el 26 de agosto de 1886 en Chimpay, Río Negro, recibió el nombre de Morales Namuncurá, pero al ser bautizado se lo llamó Ceferino.

Desde muy pequeño estuvo influenciado por la congregación salesiana lo que determinó sus inclinaciones por llevar adelante una vida religiosa y así poder difundir la evangelización en los de su raza.

Viajó a Buenos Aires para estudiar y aprender la lengua de los blancos, recibiendo el apoyo del obispo Juan Cagliero. Paralelo a ello, aparecieron en él síntomas de tuberculosis. El 19 de julio de 1904 partió hacia Génova y de allí a Valdocco (Turín) casa matriz de la orden Salesiana. A los 18 años, consumido por la enfermedad, fue trasladado al hospital de la isla de San Bartolomé, muriendo un 11 de mayo. Sus restos regresaron al país en 1924 y desde entonces descansan en una capilla en Fortín Mercedes.

Si bien el proceso de beatificación se ha iniciado hace casi medio siglo, para la comunidad católica del sur de Argentina, ya es un santo.

La creación del Centro de Devotos de Ceferino surgió a partir de la idea del señor Rubén Lasdica, quien promovió la erección de un monumento, a fin de rendirle culto. De esta manera se fue movilizando para lograr su objetivo, quedando conformada la Comisión pro monumento a Ceferino Namuncurá.

Luego de la correspondiente autorización municipal, en la que se determinaba a la plazoleta de acceso de barrio ATE como la ubicación para el mismo, se emprendió la campaña para la recaudación de los fondos. Fue así como a través de alcancías, rifas, té show, festivales y donaciones lograron recaudar los fondos para su construcción.

El monumento, diseñado por el arquitecto Gustavo Montero, presenta en el centro una cruz, que simboliza los 500 años de evangelización del continente americano; a su derecha la imagen de Ceferino, esculpida en marmolina blanca por el artista capitalino Amado Armas; también cuenta con un atril que posee una placa que sintetiza la vida y obra del religioso y una paloma de la paz a la izquierda de la cruz.

El día 19 de abril de 1997 sería el elegido para llevar a cabo la inauguración, contando con la presencia del Intendente Municipal Jorge Izarra y diversas autoridades escolares, militares y religiosas. Hicieron uso de la palabra el presbítero Miguel Mellado y el profesor Lasdica, en tanto que la bendición fue realizada por el padre Pedro Pasino, quien se detuvo a narrar ciertos aspectos sobre la vida del santo.

Fuente:

*Revista Nueva, 24 de julio de 1994.

*La Nueva Provincia, 24 de noviembre de 1995.

*La Nueva Provincia, 2 de febrero de 1996.

*La Nueva Provincia, 14 de octubre de 1996.

*La Nueva Provincia, 11 de noviembre de 1996.

*La Nueva Provincia, 21 de abril de 1997.