Fotografía publicada en El Regional, donde Juan Manuel Fangio posa acompañado de sus fanáticos frente a la redacción.

El  6 de agosto de 1945, el mismo día en que Estados Unidos arrojó la bomba atómica en Hiroshima,  estuvo en Punta Alta el piloto de carreras Juan Manuel Fangio. En ese entonces ya era un destacado automovilista que ostentaba en su palmarés lucidas victorias y títulos de Turismo Carretera: se adjudicó en octubre de 1940 el Gran Premio Internacional del Norte (Buenos Aires-Lima, Perú-Buenos Aires); ganó las Mil Millas 1941 y en 1942, la carrera Mar y Sierras. Ya había obtenido sus dos únicos títulos en esa categoría, en 1940 y 1941 a bordo de su Chevrolet Master. Estos triunfos resonantes y su habilidad en el volante hicieron que su nombre fuera reconocido, hasta el punto que, en plena calle Corrientes, se estrenó en 1940  el tango “Fangio”, con letra y música de Javier Mazzea y que cantó Alberto Castillo años después:

 

¡Fangio!,

gran campeón de carretera,

¡Fangio!,

del volante sos el rey,

sos varon, de gran coraje,

muy difícil de vencer,

¡Fangio!,

en las pistas europeas,

¡Chueco!,

siempre supiste vencer,

con esa mano maestra,

¡quién te puede detener!

 

Fangio empezó a competir en Turismo Carretera en 1939, cuando gracias a una colecta de su Balcarce natal, pudo adquirir su Chevrolet, que lo vio ganador en tantas ocasiones. Esto no era de ningún modo excepcional: en Punta Alta, en 1938, se realizó una suscripción para la adquisición de un Plymouth que, llevaba  el nombre de la ciudad, y compitió en el Gran Premio Nacional de ese año.

Es que en la época,  el Turismo Carretera era una auténtica pasión en todo el país. Las veloces cupecitas surcaban los caminos de tierra y ripio del país, acercando los ídolos (que aparecían en El Gráfico y otras revistas) al público que  leía sus hazañas en los diarios o las seguía  por la radio.

Juan Manuel Fangio en 1939. Se pude observar en el auto el nombre de la ciudad de Balcarce. Este auto fue adquirido por donación de los vecinos de esa ciudad.

El ingreso de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial produjo la suspensión del Turismo Carretera en la Argentina. Esto afectó directamente a las sucursales de las marcas norteamericanas, ya que las industrias estadounidenses fueron puestas a las órdenes del Ejército Norteamericano, con lo que paralizó la producción de automóviles civiles y autopartes. En esa coyuntura, el Automóvil Club Argentino decidió suspender las de actividades deportivas, a causa de la faltante de repuestos para reparar a los vehículos y el racionamiento de combustible. Este receso duraría hasta el año 1946 cuando la industria volvería a recuperar su ritmo productivo.

Fue precisamente en ese lapso en que las circunstancias del momento lo mantuvieron alejado de las pistas, en que Fangio visitó Punta Alta.

Según la crónica periodística aparecida en El Regional, cuya redacción visitó el campeón, su  estadía en la zona se debió a “asuntos de negocios”. Vino acompañado de los señores Domingo Gerbino (Ierbino,dice por error la nota) Hortensio Gómez y Carlos Sosa, de Bahía Blanca. Este último era dueño de la concesionaria “Carlos Sosa y Cía”, representante de la FIAT en Bahía Blanca.

Según datos aportados por Jorge Gerbino, hijo de Domingo, Fangio estaba en gira por Bahía Blanca y la zona sur del país adquiriendo cubiertas para vehículos, que en esa época costaban una fortuna. El Sr. Gerbino tenía taxis y ventas de autos y hasta su casa se dirigió Fangio para comprarle doce o trece juegos de cubiertas. Éstas eran tan apreciadas que su costo era igual al del vehículo entero, por lo que el corredor  compró los autos, pero se se llevó solamente  los neumáticos  en un camión, donde acopiaba todo el material adquirido en el viaje. Las cubiertas buscadas eran de rodado 600×16, que era la standard que servía para la mayoría de los autos. También adquirió neumáticos para camiones.

Hoja de El Regional,del 7 de agosto de 1945.

Las impresiones que tuvo Fangio de la ciudad, que visitaba por primera vez, fueron las mejores:

“No creí nunca, cuando oía nombrar a Punta Alta, que fuera un pueblo tan grande, dinámico y moderno; créame que cuando entré a sus calles quedé sorprendido”.

Cuando se le preguntó sobre cuándo creía que se reanudarían las competencias automovilísticas, respondió:

“Aún no tenemos noticias, pero creo que pasará mucho tiempo por la escasez de gomas y combustible”

Interrogado sobre su rivalidad con el mítico piloto de Ford, Oscar  Gálvez, expresaba:

“Oscar Gálvez ha sido siempre para mí una pesadilla y él dice que yo lo soy para él; eso sí, rivales en las rutas, pero camaradas, grandes amigos en cualquier terreno, con él y con todos los que como yo llevan adentro el automovilismo”.

Y habló sobre el momento más difícil que había experimentado en las carreras:

“Muchas veces he pasado por situaciones angustiosas, pero ocurre que cuando uno llega a la meta se olvida de todo; puedo sí recordar uno, para mí el peor de todos. Fue bajando Zapala cuando corría el Gran Permio del Sud, en el año 1941, con el acelerador a fondo, había alcanzado los 135 kilómetros, cuando se me desprendió una rueda delantera; fue un momento que me costará olvidarlo, porque hice un esfuerzo muy grande para estabilizar el coche, consiguiéndolo. Otra carrera accidentada para mí, es decir que me reservó un susto, fue el Gran Premio 1939. En efecto, luego de haber ganado la etapa San Juan-Mendoza a un promedio horario de 120 kilómetros, salí de Mendoza y al entrar en una curva metí el coche en una zanja de la que me costó zafarme”

Retrato de Fangio dibujado por Dobal, aparecido en El Regional días después de la visita del campeón balcarceño.

También se le preguntó acerca de que nunca en su carrera volcó un vehículo:

“Efectivamente, nunca he volcado, pese a haber corrido seis grandes premios de los cuales me adjudiqué cuatro”.

Terminó el reportaje agradeciendo a la afición puntaltense:

“Agradezco la pasión deportiva que sienten por mí y que lamento mucho no poder estar unos días aquí para cultivar amistades; les pido que saluden a todos ellos y digan que pronto volveré con más tiempo.”

La entrevista terminó y Fangio accedió a posar para el fotógrafo de El Regional, quien inmortalizó el momento.

Luego de esa estadía fugaz en la ciudad, en 1949, vendría su consagración internacional y sus cinco títulos mundiales de Fórmula 1: 1951, 1954, 1955, 1956 y 1957.

 

 

Por Lic. Gustavo Chalier.

 

Fuentes:

  • “Juan M. Fangio, el extraordinario automovilista de Balcarce, estuvo ayer en nuestra casa”, El Regional, 7 de agosto de 1945, p. 5.
  • Berasategui, Roberto y Fleito, Mauro: Turismo Carretera. 70 años de una pasión, Buenos Aires, Planeta, 2010.
  • Martel, Fernanda: “Punta Alta en el Gran Premio Nacional, en El Archivo, Nº 1, septiembre de 201, pp. 2-7.
  • Entrevista a Jorge Gerbino, hijo de Domingo Gerbino, marzo de 2018.
Cuando Fangio visitó Punta Alta.

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